Construyo mi obra a partir de imágenes realizadas en carbonilla, lápiz, acrílico, fibras, tintas y acuarelas, tanto sobre tela como sobre papel. Cada una de estas imágenes funcionan como representaciones de un imaginario gráfico y simbólico que, pendularmente, me lleva de la abstracción a una semifiguración, donde la construcción de los cuerpo brotan, poco a poco, luego de una primera mancha sobre el soporte elejido. Desde lo sensible y la intuición nacen organismos alterados y trastocados. En una búsqueda constante por el lenguaje deseado logro llegar a hablar desde mi propia intimidad. Evoco a un ser feminizado que a su vez convive con la historia de otros cuerpos y otros sentires que me acompañan y acompaño.

 

Desafío y subvierto las convenciones iconográficas y formales establecidas en el pasado. Como una entrada hacia un imaginario personal que, en su diversidad, también resulta colectivo, activo y hago posible la creación de nuevas narrativas donde indago y cuestiono mi propio relato.

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En mi práctica artística es posible observar -como si se tratara de una columna que la atraviesa- la búsqueda de un lenguaje iconográfico propio para lograr hablar de aquello que muchas veces es el mismo cuerpo que calla. Desde la creación de imágenes, donde línea y color se imponen preponderantes ante la mirada del observador, hasta la elaboración sutil de pequeñas formas representacionales que se articulan delicadamente sobre cada soporte, me interesa reflexionar desde una postura feminista. Esta como catalizadora, acción y representación de otros lugares de enunciación.

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Mi trabajo aborda, tanto en su proceso como en su contenido, ideas relativas a la corporeidad y sus subjetividades y a nuevos modos de narración, ligados estos al cuerpo, a lo íntimo y al cuestionamiento de discursos culturales dominantes.

Mi trabajo artístico es refugio, es discurso, es arrojo, es silencio, es proceso.